-
Sólo la religión cristiana, que en su esencia es comunicada por el eterno hijo de Dios, mantiene viva en sus creyentes la conciencia permanente de ser hijos y, por tanto, de tener que pedir y dar gracias por las cosas.
Sólo la religión cristiana, que en su esencia es comunicada por el eterno hijo de Dios, mantiene viva en sus creyentes la conciencia permanente de ser hijos y, por tanto, de tener que pedir y dar gracias por las cosas.