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  • Por eso el pan fue creado para gloria de Cristo. El hambre y la sed fueron creados para la gloria de Cristo. Y el ayuno fue creado para gloria de Cristo. Lo que significa que el pan engrandece a Cristo de dos maneras: comiéndolo con gratitud por su bondad, y dejándolo de comer por hambre de Dios mismo. Cuando comemos, saboreamos el emblema de nuestro alimento celestial: el Pan de Vida. Y cuando ayunamos decimos: "Amo la Realidad sobre el emblema". En el corazón del santo, tanto el comer como el ayunar son adoración. Ambos magnifican a Cristo.

    John Piper (2013). “A Hunger for God”, p.23, SPCK