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¡No! ¡Ay de todos nosotros! Y para todos los que andan por el mundo en estos días posteriores. Porque así son las cosas: encontrar y perder, como les parece a aquellos cuya barca está en la corriente. Pero yo os tengo por bienaventurados [...] porque vuestra pérdida la sufrís por propia voluntad, y podríais haber elegido otra cosa. Pero no has abandonado a tus compañeros, y la menor recompensa que tendrás es que el recuerdo de Lothlórien permanecerá siempre claro y sin mancha en tu corazón, y no se desvanecerá ni se anquilosará.