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Alguien real", me oigo decir. "Alguien que nunca tenga que fingir y con quien yo nunca tenga que fingir. Alguien inteligente, pero que sepa reírse de sí mismo. Alguien que escuche una sinfonía y se eche a llorar, porque entiende que la música puede ser demasiado grande para las palabras. Alguien que me conozca mejor que yo misma. Alguien con quien quiera hablar a primera hora de la mañana y a última de la noche. Alguien a quien siento como si conociera de toda la vida, aunque no sea así.