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No soy un hombre religioso. Hace muchos años que no voy a misa. Pero creo en Dios. Mi propia práctica de la religión, podría decirse, es una no práctica. Personalmente creo que es tan digno un fin de semana rastrillar el césped de un vecino anciano o subir a una montaña y maravillarse de la belleza de esta tierra en la que vivimos como cantar hosannas o ir a misa. En otras palabras, creo que cada cual encuentra su propia iglesia, y no todas tienen cuatro paredes - Juez Haig (Página 399)