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Ross creía firmemente que no se podían forzar las circunstancias. Podías abrocharte el cinturón de seguridad, pero aun así estrellar el coche. Podías arrojarte delante de un tren que se aproximaba, pero sobrevivir de algún modo. Puedes esperar años para encontrar un fantasma y que te sorprenda cuando estás demasiado ocupado enamorándote de una mujer como para prestarle atención. Con ese fin, tomó la decisión consciente de dejar de esperar a Lia. Cuando menos la esperaba, era cuando aparecía.