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  • Pero el resto tiene hasta miedo de abrirse y reírse. Sabes, eso es lo primero que me sorprendió de este lugar, que no había nadie riendo. No he oído una risa de verdad desde que entré por esa puerta, ¿lo sabías? Hombre, cuando pierdes la risa pierdes el equilibrio.

    Ken Kesey (2016). “One Flew Over the Cuckoo's Nest”, p.36, Hamilton Books