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Aquí es donde estamos ahora mismo, en conjunto. Nadie queda al margen. Estamos experimentando una realidad basada en un fino barniz de mentiras e ilusiones. Un mundo en el que la codicia es nuestro Dios y la sabiduría es pecado, en el que la división es la clave y la unidad es fantasía, en el que se alaba la astucia de la mente impulsada por el ego, en lugar de la inteligencia del corazón.