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  • El cerebro de una persona enamorada mostrará actividad en la amígdala, asociada a los sentimientos viscerales, y en el núcleo accumbens, una zona asociada a los estímulos gratificantes que tiende a estar activa en los drogadictos. O, recapitulando: el cerebro de una persona enamorada no se parece al cerebro de alguien abrumado por una emoción profunda. Se parece al cerebro de una persona que ha esnifado cocaína.

    Jodi Picoult (2010). "Las normas de la casa: A Novel", p.444, Simon and Schuster