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A veces te echo muchísimo de menos, pero en general sigo viviendo con toda la energía que puedo reunir. Igual que tú cuidas de los pájaros y los campos cada mañana, cada mañana doy cuerda a mi propio resorte. Le doy unas 36 buenas vueltas cuando me levanto, me lavo los dientes, me afeito, desayuno, me cambio de ropa, salgo de la residencia y llego a la universidad. Me digo: "Vale, hagamos de este día otro bueno". No me había dado cuenta antes, pero me dicen que últimamente hablo mucho solo. Probablemente murmuro para mis adentros mientras le doy cuerda a mi resorte.