Autores:
  • Recuerda que eres dueño de lo que te pasó. Si tu infancia no fue ideal, puede que te criaran pensando que si contabas la verdad sobre lo que realmente ocurría en tu familia, un largo dedo blanco y huesudo emergería de una nube y te señalaría, mientras una voz escalofriante tronaba: "Te *dijimos* que no lo contaras". Pero eso era antes. Escribe en un papel todo lo que puedas recordar ahora sobre tus padres, hermanos, parientes y vecinos, y ya nos ocuparemos de la difamación más adelante.

    Anne Lamott (2007). “Bird by Bird: Some Instructions on Writing and Life”, p.6, Anchor