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El tren avanzaba suavemente, deslizándose, ondeando banderines negros, confeti negro perdido en su propio viento dulzón y enfermizo, colina abajo, con los dos chicos persiguiéndolo, el aire estaba tan frío que comían helado con cada respiración.
El tren avanzaba suavemente, deslizándose, ondeando banderines negros, confeti negro perdido en su propio viento dulzón y enfermizo, colina abajo, con los dos chicos persiguiéndolo, el aire estaba tan frío que comían helado con cada respiración.