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  • Nate se quedó boquiabierto mientras el taxi se incorporaba al tráfico y resultaba imposible de ver. Así fue. Se habían elegido el uno al otro. En ese momento, el cielo oscuro se iluminó con fuegos artificiales. Un taxi que navegaba por la calle tocó el claxon en señal de celebración. En el aire nocturno, Nate creyó oír las risas de Serena y Blair, aunque sabía que era imposible; ya estaban demasiado lejos. Pero ya se sabe, en esta ciudad todo es posible.