Thomas tragó saliva, preguntándose cómo podría salir ahí fuera. Su deseo de convertirse en corredor había sufrido un duro golpe. Pero tenía que hacerlo. De algún modo, sabía que tenía que hacerlo. Era un sentimiento muy extraño, sobre todo después de lo que acababa de ver... Thomas sabía que era un chico inteligente, de alguna manera lo sentía en sus huesos. Pero nada en este lugar tenía sentido. Excepto por una cosa. Se suponía que era un corredor. ¿Por qué sentía eso tan fuertemente? E incluso ahora, después de ver lo que vivía en el laberinto...