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Podía ver claramente que ella no era ella misma. Es decir, no podía ver que se estaba convirtiendo en ella misma y que cada día se deshacía de ese yo ficticio que asumimos como un vestido con el que aparecer ante el mundo.
Podía ver claramente que ella no era ella misma. Es decir, no podía ver que se estaba convirtiendo en ella misma y que cada día se deshacía de ese yo ficticio que asumimos como un vestido con el que aparecer ante el mundo.