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Me detuve un segundo. Si te acuerdas de todo, quería decirte, y si de verdad eres como yo, entonces, antes de irte mañana, o cuando estés a punto de cerrar la puerta del taxi y ya te hayas despedido de todos los demás y no quede nada que decir en esta vida, entonces, sólo por esta vez, vuélvete hacia mí, aunque sea en broma, o como una ocurrencia tardía, que lo habría significado todo para mí cuando estábamos juntos, y, como hacías entonces, mírame a la cara, sostenme la mirada, y llámame por tu nombre...".