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Desde los albores de la civilización, la gente no se ha conformado con ver los acontecimientos como inconexos e inexplicables. Han anhelado comprender el orden subyacente en el mundo. Hoy seguimos anhelando saber por qué estamos aquí y de dónde venimos. El deseo más profundo de conocimiento de la humanidad es justificación suficiente para nuestra búsqueda continua. Y nuestro objetivo es nada menos que una descripción completa del universo en que vivimos.