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Supongo que son las realidades sumergidas las que dan a los sueños su curioso aire de hiperrealidad. Pero quizá haya también algo más, algo nebuloso, como una gasa, a través de la cual todo lo que se ve en un sueño parece, paradójicamente, mucho más claro. Un estanque se convierte en un lago, una brisa en una tormenta, un puñado de polvo en un desierto, un grano de azufre en la sangre en un infierno volcánico. ¿Qué forma de teatro es ésta, en la que somos a la vez dramaturgo, actor, director de escena, pintor de escenas y público?