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De verdad que no tengo hambre", repitió ella, levantando la taza de café e inhalando el fragante vapor antes de dar un sorbo. "Sólo unos bocados", la engatusó él, tomando asiento a su lado. "Necesitas reponer fuerzas para esta noche". Ella le dirigió una mirada acalorada y soñolienta, recordando su fantasía. "¿Por qué? ¿Estás planeando algo especial?" "Supongo que sí", dijo él pensativo. "Es especial cada vez que hacemos el amor.