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  • Debido a las rutinas que seguimos, a menudo olvidamos que la vida es una aventura continua. . . La vida es pura aventura, y cuanto antes nos demos cuenta de ello, más rápido seremos capaces de tratar la vida como arte: aportar todas nuestras energías a cada encuentro, permanecer lo suficientemente flexibles como para darnos cuenta y admitir cuando no sucede lo que esperábamos que sucediera. Debemos recordar que somos creados creativos y que podemos inventar nuevos escenarios con tanta frecuencia como sea necesario.