En tiempos de caos y confusión generalizados, el deber de los seres humanos más avanzados -artistas, científicos, payasos y filósofos- ha sido crear orden. En tiempos como los nuestros, sin embargo, cuando hay demasiado orden, demasiada gestión, demasiada programación y control, se convierte en el deber de los hombres y mujeres superiores lanzar sus llaves inglesas favoritas a la maquinaria. Para revivir la represión del espíritu humano, deben sembrar la duda y la perturbación.