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Somos desconocidos para nosotros mismos, los hombres de conocimiento, y con razón. Nunca nos hemos buscado a nosotros mismos, ¿cómo podríamos encontrarnos? Con razón se ha dicho: "Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón"; nuestro tesoro está donde están las colmenas de nuestro conocimiento.