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Mi deseo, mi deseo sincero y sincero es arrancarte esa prenda sorprendentemente transparente de tu cuerpo, arrojarte a esa cama y, efectivamente, violarte de pies a cabeza. Deseo hacerte el amor hasta que estés demasiado agotada para hacer algo más que estar de pie sin apoyo. Hasta que grites mi nombre en tus sueños y me busques mientras duermes. Hasta que no puedas pensar en nadie ni en nada más allá del roce de mi mano, de la caricia de mis labios.