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El joven se estremeció. Repasó mentalmente los temas más comunes de la fantasía: coches y agentes de bolsa y viajeros, amas de casa y policías, columnas de agonía y anuncios de jabón, impuestos sobre la renta y restaurantes baratos, revistas y tarjetas de crédito y farolas y ordenadores... "Es escapismo, es cierto", dijo en voz alta. Pero, ¿no es el impulso más elevado de la humanidad el impulso hacia la libertad, el impulso a escapar?