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  • No conviene confiar demasiado en las mayorías silenciosas, Evey, porque el silencio es algo frágil. Pero la gente está tan acobardada y desorganizada. Unos pocos podrían aprovechar la oportunidad para protestar, pero sólo sería una voz clamando en el desierto. El ruido es relativo al silencio que lo precede. Cuanto más absoluto es el silencio, más estremecedor es el estruendo. Nuestros amos no han oído la voz del pueblo durante generaciones, Evey, y es mucho, mucho más fuerte de lo que les importa recordar.