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Después de todo esto, ¿qué pasó? Lo que pasó fue que, en cuanto tuve la más mínima oportunidad de encontrar un lugar donde esconderme, me metí en él y me escondí. Bueno, a veces es un buen día, ¿no? A veces el cielo es azul. A veces el aire es ligero, fácil de respirar. Y siempre hay un mañana.