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En mi opinión, la explicación más sencilla es que Dios no existe. Nadie creó el universo y nadie dirige nuestro destino. Esto me lleva a una profunda constatación. Probablemente no haya cielo, ni tampoco vida después de la muerte. Tenemos esta única vida para apreciar el gran diseño del universo, y por ello estoy muy agradecido.