-
Me parece imposible que yo deje de existir, o que este espíritu activo e inquieto, tan vivo para la alegría como para la tristeza, sea sólo polvo organizado, listo para volar en el momento en que se rompa el resorte o se apague la chispa que lo mantiene unido. Sin duda, algo reside en este corazón que no es perecedero, y la vida es más que un sueño.