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  • Niños, sed curiosos. No hay nada peor (lo sé) que cuando cesa la curiosidad. No hay nada más represivo que la represión de la curiosidad. La curiosidad engendra amor. Nos une al mundo. Forma parte de nuestro amor perverso y loco por este planeta imposible que habitamos. La gente muere cuando la curiosidad desaparece. La gente tiene que averiguar, la gente tiene que saber.