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  • Como miembro de un grupo de presión, hacía tiempo que había llegado a la conclusión de que no había diferencia en la forma en que demócratas y republicanos dirigían los asuntos de gobierno. El juego seguía siendo el mismo: siempre se trataba de favores y amigos, y de quién controlaba la pasta. Las etiquetas de los partidos no eran más que una forma de seguir la pista a los equipos; los temas eran sobre todo humo y vodevil. Nadie creía en nada excepto en aferrarse al poder, costara lo que costara.

    Carl Hiaasen (2001). “Sick Puppy”, p.94, Vintage Crime/Black Lizard