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Ante la muerte de un amigo, debemos considerar que el destino, por medio de la confianza, nos ha encomendado la tarea de una doble vida, que en adelante tenemos que cumplir la promesa de la vida de nuestro amigo también, en la nuestra, al mundo.
Ante la muerte de un amigo, debemos considerar que el destino, por medio de la confianza, nos ha encomendado la tarea de una doble vida, que en adelante tenemos que cumplir la promesa de la vida de nuestro amigo también, en la nuestra, al mundo.