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Se acerca el final. Oigo un ruido en la puerta, como el de un cuerpo inmenso y resbaladizo que se abalanza sobre ella. No me encontrará. ¡Dios, esa mano! ¡La ventana! ¡La ventana!
Se acerca el final. Oigo un ruido en la puerta, como el de un cuerpo inmenso y resbaladizo que se abalanza sobre ella. No me encontrará. ¡Dios, esa mano! ¡La ventana! ¡La ventana!