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  • La decepción puede hacer un par de cosas. Puede hundirte en un gigantesco pozo de depresión del que tendrás que luchar para salir. O puede desencadenar una manía épica por superar las adversidades y transformar el fracaso en éxito. Digamos que te balanceas tan alto como te permiten las cadenas porque buscas la emoción del vuelo y, en la patada hacia arriba, pierdes el asiento. Es probable que te lesiones. Pero si te preocupas por caerte y nunca te atreves a "subir", el cielo permanecerá siempre fuera de tu alcance.

    Ellen Hopkins (2011). “Perfect”, p.397, Simon and Schuster