Autores:
  • Su mano se aferró a la de ella, y cuando ella le dijo algo en voz baja al oído, él se volvió hacia ella con una oleada de emoción. Creo que aquella voz fue la que más le cautivó, con su calor fluctuante y febril, porque no se podía soñar demasiado con ella: aquella voz era una canción inmortal.

    F. Scott Fitzgerald (2003). “The Great Gatsby”, p.105, Simon and Schuster