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Me encantan el lenguaje, las palabras y todas las cosas bonitas, emocionantes y desgarradoras que se pueden hacer con ellas. Escoge las adecuadas, colócalas en el orden correcto y habrás creado un momento en el tiempo en el que el lector se olvida del retraso en el pago del coche, de los platos sucios, de la inminente semana laboral. Ha creado un estado de felicidad. O de negligencia, según se mire.