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A medida que pasan los años, comprendo cada vez más que son las bendiciones comunes y cotidianas de nuestras vidas comunes y cotidianas por las que deberíamos estar especialmente agradecidos. Son las cosas que llenan nuestras vidas de consuelo y nuestros corazones de alegría -- simplemente el aire puro para respirar y la fuerza para respirarlo; simplemente el calor y el cobijo y la gente de casa; simplemente la comida sencilla que nos da fuerza; el sol brillante en un día frío; y una brisa fresca cuando el día es cálido.