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  • Recordemos también que la grandeza no es siempre una cuestión de la escala de la propia vida, sino de la calidad de la propia vida. La verdadera grandeza no siempre está ligada al alcance de nuestras tareas, sino a la calidad de cómo llevamos a cabo nuestras tareas, sean cuales sean. En esa actitud, dediquemos nuestro tiempo, nuestro talento y nosotros mismos a las cosas que realmente importan ahora, cosas que seguirán importando dentro de mil años.