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En el mundo de los superhéroes, todo tenía valor, potencial, misterio. Cualquier persona, cosa u objeto podía ponerse al servicio de la lucha contra la oscuridad y el mal, convertirse en un arma, un guerrero o un superhéroe. Incluso una abejita llamada Miguel -como el ángel vengador de Dios- podía contribuir a ganar la batalla contra la maldad.