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Al principio, es cierto, leía con inquietud y cierto desasosiego. La infinidad de libros la superaba y no sabía cómo seguir; no había un sistema de lectura, un libro llevaba a otro, y a menudo tenía dos o tres al mismo tiempo.
Al principio, es cierto, leía con inquietud y cierto desasosiego. La infinidad de libros la superaba y no sabía cómo seguir; no había un sistema de lectura, un libro llevaba a otro, y a menudo tenía dos o tres al mismo tiempo.