-
Él tiene el poder de hacernos felices o infelices; de hacer nuestro servicio ligero o pesado; un placer o un trabajo. Digamos que su poder reside en palabras y miradas; en cosas tan leves e insignificantes que es imposible sumarlas y contarlas: ¿entonces qué? La felicidad que da es tan grande como si costara una fortuna.