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Cuando los objetos comunes se cargan de este modo con la sugestión del horror, estimulan la imaginación mucho más que las cosas de apariencia inusual; y estos arbustos, apiñados a nuestro alrededor, asumían para mí en la oscuridad una grotesca y extraña apariencia que les confería de algún modo el aspecto de criaturas vivientes y resueltas. Su misma ordinariez, me parecía, enmascaraba lo que era maligno y hostil para nosotros.