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Cada pequeño acto de bondad, reverbera a través de grandes distancias y lapsos de tiempo --afectando vidas desconocidas para aquel cuyo espíritu generoso, fue la fuente de este buen eco. Porque la bondad se transmite y crece cada vez que se transmite, hasta que una simple cortesía se convierte en un acto de valor desinteresado, años después, y muy lejos. Del mismo modo, cada pequeña mezquindad, cada expresión de odio, cada acto de maldad.