En cada momento de mi vida, me he sentido exactamente lo opuesto a Superman. Excepto esta vez, este momento justo ahora. No me importa. No me siento como un débil, insípido mariquita. Porque ahora mismo sé que salvaría a la chica. Sé que preferiría arriesgar el planeta antes que dejar que le pase algo malo a Eliza Wishart. La salvaría en un segundo. Porque puedo imaginarnos a ella y a mí acurrucados a salvo juntos mientras la tierra cae bajo los designios del mal, pero no puedo imaginar el mundo sin ella en él.