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Pero ahora soy yo; y tantos otros millones son tan irremediablemente su propia variedad especial de "yo" que apenas puedo soportar pensar en ello. Yo: qué letra tan firme; qué tranquilizadores los tres trazos: uno vertical, orgulloso y asertivo, y luego las dos cortas líneas horizontales en rápida y petulante sucesión. La pluma arañando el papel... yo... yo... yo... yo... yo... yo.