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Sólo en el amor puedo encontrarte, Dios mío. En el amor las puertas de mi alma se abren de par en par, permitiéndome respirar un nuevo aire de libertad y olvidar mi propio yo mezquino. En el amor todo mi ser brota de los rígidos confines de la estrechez y de la ansiosa autoafirmación, que me hacen prisionero de mi propio vacío de pobreza. En el amor todas las fuerzas de mi alma fluyen hacia ti, queriendo no volver nunca más, sino perderse completamente en ti, ya que por tu amor eres el centro más íntimo de mi corazón, más cerca de mí de lo que yo estoy de mí mismo.