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  • La superclase intenta promover sus valores. La gente corriente se queja de la injusticia divina, envidia el poder y le duele ver que los demás se divierten. No entienden que nadie se divierte, que todos están preocupados e inseguros, y que lo que ocultan las joyas, los coches y las carteras gordas es un enorme complejo de inferioridad.