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Las bendiciones sanadoras llegan de muchas maneras, cada una de ellas adaptada a nuestras necesidades individuales, tal como las conoce Aquel que mejor nos ama. A veces una "curación" cura nuestra enfermedad o alivia nuestra carga. Pero a veces somos "sanados" cuando se nos da fuerza o comprensión o paciencia para soportar las cargas que se nos imponen.