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Fue uno de los discursos más aburridos que he oído nunca. La mujer de Agee nos contó durante tres cuartos de hora cómo llegó a escribir su bestial libro, cuando bastaba con una simple disculpa.
Fue uno de los discursos más aburridos que he oído nunca. La mujer de Agee nos contó durante tres cuartos de hora cómo llegó a escribir su bestial libro, cuando bastaba con una simple disculpa.