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  • ¿Está ocupado este asiento?", me preguntó una voz cálida y sexy, y yo levanté la mirada y sonreí a Dank. "Sí, lo reservo para mi novio, que está buenísimo", contesté burlona. Dank se deslizó a mi lado y me rodeó el hombro con el brazo. "Debería haber llegado antes. Si te duermes, pierdes.