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Cuando estéis tristes, mirad de nuevo en vuestro corazón, y veréis que en verdad estáis llorando por aquello que ha sido vuestro deleite. Algunos de vosotros decís: "La alegría es mayor que la tristeza", y otros decís: "No, la tristeza es mayor". Pero yo os digo que son inseparables. Juntas vienen, y cuando una se sienta a solas contigo en tu mesa, recuerda que la otra duerme en tu lecho. Verdaderamente estáis suspendidos como balanzas entre vuestra pena y vuestra alegría.